Temores compartidos
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Llevamos una semana de declaraciones con el freno de mano puesto. Eso es porque hay miedo. El partido del Betis le generó dudas al líder y más al saber que perdía a Deco, su jugador más valioso. En el Madrid, las dudas se han instalado desde hace meses. Lo peor que le puede pasar a un equipo concebido para ganar es que, a estas alturas de la temporada, aún no sepa muy bien a qué juega. Luxemburgo ha mareado ya el rombo y todo porque hay piezas que no le encajan y otras piden con más fuerza un hueco. Los nueve puntos de ventaja entre un equipo y otro nacen de la regularidad en las alineaciones del Barça. Es el denominador común de los campeones.
Pero pese a la situación de desequilibrio que refleja la clasificación, el miedo a perder agobia por igual a ambos. Si el Barça ve recortada su diferencia en tres puntos, será como volver a empezar. No olvidemos que tras perder en Getafe el Madrid, las cuentas salvadoras de Florentino eran que su equipo debía ganar los diez partidos y esperar que el rival fallara en cuatro. Consumidas tres de esas diez jornadas, el Madrid habría cumplido con su parte y el Barça ya habría consumido dos de los cuatro fallos que se puede permitir. Sobra decir que el temor del Madrid a caer derrotado el domingo es porque, entonces sí, arrojaría la toalla con un mes y medio de competición por delante. Y sabiendo que volverían a sonar los tambores de guerra que anuncian una gran revolución.




