Una ocasión única para el Atlético

El debate atlético (sí o no a La Peineta) llega cargado de vicios y con bastante demagogia. Se discute poco la operación -es muy difícil no reconocer que esta es una ocasión única para el Atlético, porque coinciden los intereses del club con los de la ciudad- y mucho la credibilidad de los actuales dueños. En el fondo siempre aparece la polémica transformación en Sociedad Anónima. Y se entra en una discusión bizantina, porque sobre esto ya ha fallado la Justicia. Y el juez, después de muchas horas, de centenares de folios, de interrogatorios exhaustivo, dijo que las cosas habían prescrito y dejó el asunto como estaba: las acciones en manos de la familia Gil y de Cerezo. Y eso es lo que hay, guste o no guste. A ellos les toca gestionar el futuro del Atlético, aunque luego deban dar cuentas a su masa de aficionados, que ese sí que es el auténtico patrimonio del club.

Yo creo que el Atlético se encuentra en las mejores condiciones para negociar, porque a la candidatura de Madrid 2012 le vendría como anillo al dedo que el club garantizase el uso del futuro estadio olímpico y, además, el Calderón está en una zona para la que el Ayuntamiento tiene un plan que ejecutará tarde o temprano y que implicará la marcha del club. Esas son las condiciones y quizá no se repitan en el futuro. Y es por lo que el Atlético debe sentarse a negociar cuanto antes. Y concretar de una vez toda la operación. Y a Cerezo le tocará cumplir las promesas que viene haciendo de total transparencia. Ayer, en el Foro Ferrándiz-AS, dio un paso adelante con su actitud, con sus respuestas a todo y a todos. Fue claro y directo. Si el Atlético se va del Calderón, tiene que ser para mejorar y asegurar su futuro. Ese es el reto de sus actuales dirigentes.