Siguen sin descubrir la pista
Muchos deportes los descubrimos por un genial pionero: Santana, Ángel Nieto, Ballesteros, Estiarte, Rafa Pascual, Fernando Alonso... El ciclismo en pista ha tenido dos: Guillermo Timoner, perdido en los humos del tiempo de una modalidad ya extinta, el semifondo tras moto, de la que fue seis veces campeón mundial. Y Joan Llaneras, cinco veces campeón mundial y una olímpico. Y sin embargo esta especialidad, que tiene su gancho si pones atención, sigue sin captar a los aficionados. La culpa la tenemos un poco todos. En España el ciclismo es la ruta y lo demás son zarandajas. Pero el primer pecador es la propia Federación Española, la encargada de vendernos el producto, de descubrirnoslo.
No voy a recurrir a la crítica fácil del último episodio que dejó diezmada la Selección antes de empezar el Mundial por una negligencia burocrática. El problema es de mayor calado, de siempre. La pista sumó en Atenas algo más de la quinta parte de las medallas españolas (4 de 19). En un sistema deportivo de tanto ganas tanto vales (a más medallas mayor subvención), la Federación Española debía cuidar por propio egoísmo esta veta que le ha caído del cielo. Porque el buen equipo español que tenemos no se ha juntado por imitación a Llaneras, si no por circunstancias, esfuerzo individual y a contra corriente.