Tócala otra vez, amigo Zinedine

Tócala otra vez, amigo Zinedine

Aconteció el pasado 25 de abril. Sol (de injusticia). Santiago Bernabéu. 80.000 fieles a la Cofradía del Clavo Ardiendo con las manos cruzadas, soñando con el revival del País de Nunca Jamás. El Barça depauperado de los Kluivert, Luis Enrique y Cocu llegaba a la capital para consumar el descabello de los galácticos. Los 18 puntos de desventaja habían pasado a mejor vida. Todavía sangraba la cornada de la final de Montjuïc y el 0-3 de Osasuna echaba sal en la carne viva. El pueblo quería perdonar tanto pecado, pero pronto se resignó a su triste destino. Gol de Solari, expulsión de Figo, paradas galácticas de Valdés, empate del Barça, 1-2 de Xavi, consumada la caída libre del Imperio... En la grada, el personal asistió a algo más duro de asimilar. Zinedine Zidane, el mejor futbolista que ha pisado el Bernabéu desde Di Stéfano, estaba sonámbulo, perdido...

Nunca olvidaré una acción del marsellés en el minuto 62. Se giró, con su elegancia habitual, para abrir el juego a la banda. Estaba fatigado. Su privilegiado retrovisor estaba empañado. Sin criterio, rifó la pelota y la abrió al costado izquierdo, el que da a la calle Padre Damián. Xavi, que pasaba por allí, agradeció el regalo e inició una contra del Barça. El público murmulló sorprendido. ¿Qué le pasa al Maestro? En el minuto 78 fue sustituido por Guti. Fue la primera vez que el Bernabéu aplaudió un relevo de Zidane. No querían verle sufrir más. No era él. El miura boqueaba, parecía narcotizado, sin rumbo... La gente tiene mala memoria. El talento no caduca con 32 años. Sólo recuerdo a Butragueño (¡y era por la explosión del niño Raúl!) tener que abandonar la nave vikinga a esa edad. Pues aviso de nuevo. El 10 de abril se saldrá. Fijo. ZZ está vivito. ¿Y coleando?