Viaje para tipos duros

Luis anuncia hoy una lista con muchas novedades, pero cuya columna vertebral la formarán ilustres veteranos. No hay tiempo para probar y menos para dar oportunidades de inicio a alguno de los jóvenes que debutan. El viaje lo deberán emplear esos novatos en ver, oír y callar. Vamos, para aprender de qué va el paño. Espera Serbia y ahí no hay tiempo para bromitas. Espera una selección que, tras dos lustros de ostracismo, vuelve a renacer. En los noventa optaba siempre a ganar un Europeo o a colarse en semifinales de un Mundial (nunca lo lograron por la maldita anarquía futbolística que los persigue) porque tenían jugadores de una gran calidad. Eso lo mantienen, pero añadan ahora un orgullo patrio que se ha elevado tras la desmembración de la antigua Yugoslavia y una nueva generación que aún no ha dado el salto a grandes equipos europeos, con lo que necesitan escaparates.

Raúl es evidente que no pasa por su mejor momento. Albelda tampoco. Ni Puyol. Ni Xavi. Pero serán ellos los encargados de sacarnos de un atolladero en el que nos hemos metido a base de empatar con otros rivales que no son nada. Pero, a lo que iba. En Belgrado, viendo el empaque del rival, Luis va a tirar de los que hasta hace nada eran intocables: por la dureza del mismo, por lo endiablado del ambiente. Contará tanto el estado de forma como la veteranía para manejar los tiempos. Por eso, no echen cuentas de quién está mejor o peor. Hacen falta todos en Serbia.