Yo digo J. J. Santos

Huir de la falsa adulación

J.J.Santos
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Los que castigaban la espalda de Florentino con palmaditas cuando levantó la Novena en Glasgow han desenfundado la daga. Los que le defienden desde el egoísmo de conservar un trato de favor, también. Aunque la figura del presidente no tiene nada que ver con la del entrenador, en este caso el máximo responsable del Madrid está un poco como ellos, masticando su soledad. Sacchi me decía el otro día que estos tres próximos meses deben servir para ver quién está implicado en el proyecto de futuro, e incluía a jugadores y técnicos. Pues bien, creo que eso es lo que debería hacer Florentino, pero empezando por una severa autocrítica.

Porque de la misma manera que los siete títulos no llegaron por azar en su primer trienio, los dos años de permanente desencanto tampoco se han presentado por el capricho del destino. Y hay que aplicarlo tanto para valorar el rendimiento de las estrellas, como para analizar el baile de entrenadores en el banquillo o lo desafortunado de los últimos fichajes. A Florentino siempre le sobraron los asesores porque tenía claro lo que debía hacer. Ahora más que nunca es cuando debe prescindir de consejos interesados y tomar decisiones fulminantes. Delegar sería casi como renunciar al mandato que los socios le otorgaron el pasado verano. Hay que mojarse, y hay que hacerlo desde la humildad del que reconoce los errores cometidos.

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