Sacchi tiene un problema
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Normalmente los técnicos de nuestro fútbol suelen darse de bruces cuando quieren fichar a un determinado jugador y el presidente les dice que la caja está vacía. Ahí entra entonces la habilidad del negociador, el regateo, el cambio de cromos, etc. Pero el verdadero problema llega cuando tienes excedente de cupo en la plantilla y ese excedente tiene firmadas varias temporadas por mil millones de pesetas al año. ¿Qué hacer entonces? Pues rezar y que algún potentado caprichoso tire de talonario para cubrir, al menos, las exigencias del jugador. Si ese problema lo multiplicamos por cuatro, estaremos ante la cruda realidad del Madrid. En un mercado internacional en clara recesión, ni perdonando el traspaso logras colocar a varios de los llamados galácticos, que por otra parte están cómodos en Madrid y con una ficha difícil de igualar por otro club.
La revolución del club blanco pasa por dejar salir antes de entrar. Tras el descalabro de Turín, ese vaticinio se ha convertido en pura necesidad. ¿Pero, cómo facilitas la salida a jugadores con años de contrato en vigor? ¿Cuántos equipos en Europa están dispuestos a invertir en futbolistas que no están en su mejor momento? No veo otra solución que la de apuntar en la columna del debe las posibles pérdidas que se deriven de cada caso y, con la carta de libertad y algo de dinero para compensar los años de contrato a los que pueden renunciar, facilitar la salida de esos jugadores que no entren en los planes de futuro. Lo que, a priori, puede parecer un absurdo dispendio, es la única situación válida para que ambas partes puedan salir beneficiadas. Del mismo modo creo que habrá escasa predisposición de los jugadores a hacer la maleta.




