Hay una cuenta pendiente

La eliminación de hace dos años ante la Juve dolió más porque castigó al equipo que puso el fútbol. Aquel día Figo vivió su noche más triste. Además de fallar un penalti fue el que más coraje puso en la batalla. Él seguro que se sigue acordando. Por eso ayer reivindicaba el protagonismo de todos, no sólo Ronaldo. Es el día para que cada uno saque su orgullo personal y para que sumen al equipo sus virtudes personales. Demuestran confianza y compromiso. Las palabras de Figo van más allá del encubierto reproche por centrarnos en la condición letal de Ronaldo. Nos dice que la conjura es de todos.

Eso mismo es lo que deben demostrar en el campo. La clave está en manejar el partido desde la posesión el balón y la superioridad técnica. Lo contrario sería un suicidio. Regalarle la primera media hora a la Juve es jugar a perdedor. Desde su nuevo posición, Figo puede ser clave. Ocurrió en la ida. Cuando Ronaldo caía a la banda izquierda, cuando Raúl abría huecos entre los dos centrales, Figo tuvo un pasillo grande para buscar el gol. Y cuando los italianos recuperaban en defensa, fue él el primero en presionar la salida del balón, algo que antes era exclusivo de Raúl. Seguro que cuando reclamaba ayer su parte de protagonismo, estaba pensando en todo esto. Que la fuerza no se acabe perdiendo por la boca.