Un partido para guardar en el vídeo

Hubo partidos en los que el Madrid ganó los tres puntos y dejó frustrado al personal (Osasuna, Numancia y Atlético de Madrid). Los hubo que perdió (Athletic y Deportivo) y más de uno pensó que lo mejor era romper el carnet. Y luego salen partidos como el de ayer, donde lo que quedará en el recuerdo no es el empate sino la exhibición que ambos equipos dibujaron en el campo. No creo que ni uno solo de los aficionados de Valencia y Madrid se sentaran ayer a cenar con un sabor amargo, todo lo contrario. Aunque hoy todos miren la tabla de clasificación, los puntos dejaron de tener interés ante la intensidad del choque, ante las jugadas de calidad que nos regalaron los jugadores. No exagero si digo que es uno de los mejores encuentros de la Liga. Faltó que el empate fuera a tres o a cuatro.

Si yo fuera Luxemburgo, me pensaría cómo acomodar su dibujo táctico para que jugara siempre Guti. Ayer dio una nueva lección de control del juego, de pases decisivos de gol, de recuperación, de inteligencia, incluso de sujetar los nervios ante el acoso de la hinchada rival. Guti está en un momento dulce y, ante lo que se avecina, lo recomendable sería que no visitara el banquillo ni un minuto. También dejaría de estar obsesionado con el teórico desequilibrio del equipo, porque la llegada de Gravesen ha solucionado en parte ese problema. El danés va a más, cumpliendo con su tarea defensiva y soltándose el pelo (perdón por el eufemismo) a la hora de probar con los pases largos. La plantilla está concebida para jugar al ataque pero sigue siendo la segunda menos goleada de la Liga. Y, por último, repetiría la charla de los últimos días porque ha servido para que más de uno recupere el orgullo perdido.