Un fichaje que ya está oliendo

Los documentos firmados en su día por el Madrid y los representantes legales de Robinho tienen más peso que la indefinición de esos mismos asesores a la hora de dar el paso de hacer público el compromiso. Temen que los meses que le quedan a Robinho en el Santos se conviertan en un infierno si las cosas se tuercen en los deportivo. ¿O quieren un plus que no estaba pactado si las cosas marchan tan bien como en las últimas semanas? Yo no me fiaría. El caso es que existía la palabra dada de anunciar todo cuando se resolviera el secuestro de la madre del jugador, y eso ya no será posible. Es más, se deja todo para finales de junio, cuando el delantero termine la temporada con su actual equipo. Estamos en lo de siempre: si el jugador quiere cambiar de aires, lo hará, y Robinho hace tiempo que tomó la decisión de jugar en el Real Madrid el próximo año.

Pero bien haría el club blanco en no fiar toda la negociación a terceras personas que están única y exclusivamente para ganar el máximo de dinero en esa operación (y en cualquiera). A ellos les importa bien poco que se disparen los rumores sobre el interés de otros grandes equipos europeos. Antes al contrario, les interesa para que la cotización de Robinho suba de aquí al verano. Digo esto porque, aunque no se haga nada oficial, sería muy importante tener amarrado con documentos el acuerdo entre clubes. Hasta ahora, el Santos ha adoptado el papel del que silba mirando al cielo, como si no fuera nada con él. Pero conoce perfectamente todos los detalles de la operación y con eso puede jugar para captar nuevos clientes que quieran entrar en la puja por la nueva estrella. Por desgracia, la palabra en este mundillo tiene poco valor.