Las lesiones no entienden de flores

Ahí te quiero ver, Luxemburgo. Con rombo o sin rombo, el más común de los mortales pondría a los mismos en el once titular. Vale, unos a Guti y otros a Gravesen, pero el resto, calcado. Frente al Depor, la cosa se complica. La plaga de lesiones nos dará nuevas pistas sobre el técnico del Madrid. No hace falta recordar que, en los últimos tres años, muchos en su lugar se atolondraron un poco cuando surgieron los problemas. En una situación parecida a la del próximo sábado, con las bajas seguras de Salgado y Helguera en defensa, Queiroz, en Sevilla, montó un numerito que le dejó señalado para el resto. No ha mucho, el propio Del Bosque, en un artículo periodístico, recordaba que el estadio de la Juventus fue su tumba, cuando recibió de tirios y troyanos por un centro del campo tan novedoso como frustrante. En aquella ocasión, las bajas también le habían apretado en demasía el nudo de la corbata. Y los experimentos le dejaron en evidencia.

Viendo el parte médico de ayer, surgirán en las próximas horas nuevos debates sobre la compensación o no de la plantilla y la poca productividad de la cantera en el último lustro. Sobre lo primero, y pese a haber aligerado peso en los dos últimos años, el equipo sigue falto de suplentes de garantías en algunos puestos. Sin ir más lejos, en la zona defensiva. La plantilla está lejos de cumplir el deseo de todo entrenador: dos jugadores por puesto. En cuanto a la cantera, no aparece ningún chaval con ganas de tirar la puerta abajo, como reclamaba Camacho en su corta trayectoria como técnico. Es más, la eliminatoria de Copa contra el Valladolid dejó tocados a los cuatro o cinco que más destacan y lo cierto es que poca culpa tuvieron en aquel fiasco. Y lo peor es que ahora se acercan los dos meses decisivos, con acumulación de partidos que se han de jugar al límite. ¿Se notarán la dietas que va a elaborar para cada jugador la nutricionista que ha fichado Luxa y que trabajaba con él en el Santos? Veremos.