Yo digo J. J. Santos

Esto es un juego de dos equipos

J.J.Santos
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Tengo que confesar que, a diferencia de casi todos, incluido el seleccionador, me importaba un rábano cuántos goles le metiéramos a los marmolillos de San Marino. Cuando el fútbol pierde su esencia básica, hasta los goles son pura anécdota. Si pones al mejor equipo infantil contra los peores juveniles, la paliza de los mayores sería de escándalo y dudo que los grandullones celebraran los tantos como si fuera la final de un Mundial. Pues lo de ayer en Almería es igual. Abusar por abusar no queda bien. Hacerte el bueno y perdonarles la vida, cuando está una clasificación en juego, tampoco. ¿Qué hacer entonces? Pues que pasen los minutos, marcar los goles suficientes para que la estadística y el goal average no se resientan, y a otra cosa, mariposa.

Puestos a escarbar en el simulacro de partido, me quedo con unos primeros minutos plenos de inspiración y creatividad de Iván de la Peña. Y eso que era su estreno. Iván ha pasado de ser el jugador al que nadie le tomaba en serio porque hacía cuatro pases y se echaba a dormir, a llevar la manija de cualquier equipo, incluida la Selección. Y lo hace con criterio, sentido de la responsabilidad y practicidad.

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Espero que lo de ayer no quede en un guiño cara la galería. El chaval está para jugar contra San Marino pero también contra Serbia. Me quedo igualmente con que, pese jugar sin rival, la Selección recuperó el hábito de golear, e insisto que me da igual el número de tantos. En los pasados meses el gran problema ha sido precisamente la falta de gol. Si al menos ha servido como terapia, bienvenido sea el paripé.

J.J.Santos.

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