Tuvimos que esperar diez años

A muchos nos quedó grabado aquel Mundial Sub-20. Dos críos que jugaban de maravilla armaron el taco dentro y fuera de la competición. Dentro, con un juego fresco y lleno de picardía. Fuera, posando con las ropas típicas de Qatar. Raúl y De la Peña siguieron coincidiendo en otros torneos internacionales en las categorías inferiores de nuestra Selección. Y estuvieron a punto de ser compañeros de club si el empeño de Jorge Valdano hubiera tenido el suficiente respaldo de la directiva del Madrid. Aquello se esfumó, como se esfumó el maravilloso año que nos regaló De la Peña siendo el pasador ideal de Ronaldo en el Barça. Y el destino ha querido que no se volvieran a encontrar hasta el día de hoy en Almería.

Luis Aragonés ha sido muy criticado en sus meses de trabajo como seleccionador. Si repasamos la hemeroteca, casi todas las críticas son por asuntos extradeportivos. En lo que afecta a las convocatorias realizadas en los meses que lleva al frente del equipo nacional, ni un solo reproche. Es cierto que, pese a no perder ningún partido, la Selección no enamora tras la Eurocopa de Portugal. Es más, ha decepcionado profundamente en dos partidos clave para la clasificación del Mundial, ante Lituania y Bosnia. Pero no habrá sido por falta de atrevimiento en los planteamientos, ni porque el preparador madrileño se haya empecinado en no llevar a jugadores que estaban en forma, aunque no sean de su gusto. Todo lo contrario. Y por eso, por la coherencia demostrada en sus llamamientos, hoy, por fin, veremos juntos nuevamente a Raúl y De la Peña. Igual no es tarde para que nos hagan soñar nuevamente con un título mundial. Como hace diez años.