Zinedine Zidane sí es intocable

Hizo mal Raúl en decir que en el Real Madrid no hay intocables. Se equivoca Luxemburgo cuando aseguró que cualquiera puede ir al banquillo. No es cierto. Sentar a Zidane, aún estando mal, es una herejía. Y lo es porque pasará mucho tiempo hasta que salga otro futbolista como él. Marcar goles, dar pases o sortear contrarios es algo que hacen muchos jugadores, pero inventar sobre el campo, sólo unos pocos. Habrá que esperar hasta 2007, cuando se retire, para valorar realmente lo que el francés ha representado en los tres últimos lustros. Además de haber ganado todos los títulos posibles, dejará para la historia un par de docenas de jugadas que seguirán maravillando a las futuras generaciones. Desde que está en el Madrid, al menos ha fabricado cinco de esas maravillas, una de ellas en el día de ayer.

Si Zidane encendió la mecha en el graderío, Raúl se encargó de la traca final. El técnico pedía dos goles para que se acabara la polémica en torno al delantero y dos goles marcó. Por cierto, Vanderlei, además de estratega, se nos está revelando como un gran diplomático. Ayer usó los cambios para que el público premiara a los que han sido más cuestionados en las últimas semanas y, de paso, presumir de banquillo, algo que se echaba de menos desde hace años en el Real Madrid. Si comenzábamos esta columna apuntando que sí debe haber jugadores intocables, estoy seguro que cualquiera que lleve un tiempo viendo fútbol considerará que Iván de la Peña es otro de los que estarían en esa lista de privilegiados. Ayer hizo una primera media hora memorable, para confirmar que su ausencia hasta ahora en la Selección ha sido otra herejía.