El recital de Ibagaza ante el Albacete, jugando en su sitio, de enganche, la última media hora, ha vuelto a dejar en evidencia las disposiciones tácticas de Ferrando. La obstinación del entrenador en colocarle por la banda, no sólo puede ser la clave para entender el pésimo rendimiento ofrecido en lo que va de temporada por el jugador, sino que ha podido ser determinante para comprender, además, el paupérrimo juego del equipo. Ante la constatación de que no tenemos centro del campo, ni Luccin ni Sosa ni Colsa están a la altura de las circunstancias, Ibagaza es nuestra única garantía a la hora de ofrecer a Fernando Torres inteligentes asistencias con marchamo de gol. Sería deseable que Ferrando lo entendiera de una vez. Habrá que esperar, también, para ver si el recién fichado, Richard Núñez resuelve, en parte, nuestros problemas ofensivos.

Cuando hemos empezado, después de mucho tiempo, a ver juego por las bandas gracias al fenomenal Gronkjaer, la ausencia de un goleador y de un mediocampo solvente se hacen mucho más evidentes. Se ha especulado mucho con la llegada de Jandro, pero tampoco está claro que hubiera sido el jugador ideal para solucionar la falta de creatividad rojiblanca. Da la impresión de que en el cuerpo técnico faltan muchos reflejos y que se tarda demasiado tiempo en corregir los males que nos aquejan. Los nervios han empezado a aflorar en la afición y en la directiva y las tintas han comenzado a cargarse, y con razón, contra Ferrando. Principal responsable, aunque no único, de la vacilante marcha del equipo. Tras la victoria frente al Albacete, un buen resultado, en Copa ante el Numancia podría servir para arrinconar muchas ansiedades.