Yo digo J. J. Santos

David se crece en la derecha

J.J.Santos
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Aunque el hielo de Soria no invitaba al disfrute, Beckham evidenció una mejoría en su estado de ánimo y también en su juego. Ha pasado inadvertido, pero es un síntoma muy claro desde que comenzó el nuevo año. A la chita callando es el gran beneficiado del nuevo sistema de Luxemburgo. Por primera vez desde que llegó hace año y medio juega donde jugó siempre desde que era juvenil, pegado a la derecha. Y eso se nota. Ahora resultan más productivos sus cambios de juego, cerca de la banda. Ahora tiene más espacio para buscar el disparo. Esa confianza ayuda para que pueda ejecutar mejor el golpe franco. También se desgasta menos en la recuperación de balones. Unas veces por no incomodar a Figo, otras por tapar agujeros en el puesto de medio centro, y las más por no encontrar un dibujo adecuado, Beckham lleva un año en el papel de sacrificado.

A su natural timidez, hay que añadir el acoso permanente que sufren él y su familia. Me contaba la pasada semana un empleado del Real Madrid que, cuando Beckham y los suyos se levantan por la mañana, ya hay una docena de reporteros esperando con sus cámaras en la puerta de casa. Eso no ayuda en absoluto a su integración en la ciudad. Tampoco le ha resultado beneficioso que siempre que se comentan los números en la venta de camisetas, aparezca su nombre como el principal impulsor de las mismas. Cierto es que hace mucho tiempo que Beckham se convirtió en prisionero de los muchísimos negocios que su imagen genera. Los innumerables compromisos publicitarios le restan valor a sus cualidades deportivas, o al menos el aficionado enjuicia de manera distinta lo que hace sobre el campo. Difícil salir de esa jaula de oro.

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