Ya tiene dos puñales
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El Atlético está enchufado, con ganas de hacer algo grande en esta Copa. Ya sé que ganarle al Lorca no es como para tirar cohetes. De acuerdo. Pero es que el Atlético, por fin, está jugando bien. Lo hizo frente al Betis, sin premio, y ante el Madrid, con injusto castigo. Y siguió anoche en la buena línea. No importó que el Lorca le empatase con un golazo espectacular, porque el Atlético cogió el mando, dijo aquí estoy yo y resolvió el partido y la eliminatoria. Esta vez, por fin, llegaron los goles, que es lo que le ha estado faltando al equipo toda la temporada y en particular en las últimas jornadas. En Lorca, encima, volvió a encontrar a Gronkjaer, el danés que le viene como anillo al dedo. El Atlético ha recuperado la banda. Ya era hora.
El tercer gol en Lorca es una prueba del cambio que va a producirse en el juego del Atlético con el danés. Gronkjaer se fue en carrera por la banda derecha, desbordó, casi llegó a la raya y centró al medio del área, donde Braulio sólo tuvo que revolverse para marcar. El Atlético ya tiene dos puñales en ataque: el Niño Torres, el crack indiscutible del equipo de Ferrando, digan lo que digan, y este Gronkjaer, al que le sienta como a pocos la camiseta rojiblanca. Esa pareja promete muchas cosas. El Niño va a dejar de ser un náufrago en lucha con el mundo. Ese dúo Torres-Gronkjaer puede ser tan sólido como la pareja de centrales, Pablo-Perea, que ha sostenido al Atlético lo que va de temporada. Y con ellos sí que se puede soñar...hasta con la Copa.



