Yo digo J. J. Santos

Entre la rebeldía y el acomodo

J.J.Santos
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Igual le faltó carácter en momento puntuales, o le sobraron malos ejemplos. Morientes, pese a ganar tres Copas de Europa y permanecer ocho años en el club, nunca tuvo ganada la titularidad. Extraño caso. Cierto es que sus problemas llegaron cuando aterrizó Ronaldo, más que por lo que representa el brasileño, por la mala sangre que se hicieron unos y otros. Morientes se amargó mucho con la llegada de Ronie. Interpretó él, y también sus amigos, que era una falta de respeto para una trayectoria tan brillante como la suya, que se minusvaloraba el trabajo de una generación que había conquistado nuevamente Europa.

Fue el comienzo del fin. Igual sobró la última cesión al Mónaco, y la intermediación de Camacho para que se quedara. Era un amor roto, un forzar la situación que nada beneficiaba a las partes. Algo se había perdido aquel verano que aterrizó Ronaldo. Nunca más se sintió querido y él tampoco ayudó para que el club recuperara la confianza. Lo mejor de su pase a Liverpool es que podrá exhibir nuevamente la sonrisa, las sensaciones que debe tener siempre un futbolista, la ilusión. Bien está lo que bien acaba y Morientes llevaba muchos meses sin creerse jugador del Madrid. Justo es reconocer también que, además de los títulos, deja en el zurrón diez millones de euros.

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