El peligro de los parches

Resulta pretencioso hablar de fichajes en el Real Madrid cuando Florentino Pérez se ha rodeado de tanta lumbrera. Seguro que entre Sacchi, García Remón, Ramón Martínez y Emilio Butragueño, que además es vicepresidente, dan con la tecla adecuada. Pensar que en el mercado de invierno aparecerá un Patrick Vieira, un Makelele o un Mauro Silva es, además de utópico, una necedad. La jugada del Barcelona fichando la pasada temporada a Edgar Davids sale una vez en la vida. Y ya ven que aquello duró seis meses porque, como salió bien, el holandés se subió a la parra a la hora de renovar y no se llegó a un acuerdo. Hace un mes, en el Madrid estaba descartado acudir de compras por estas fechas. Pero claro, hace un mes estaba ratificado García Remón y Sacchi no sabía que, sin jugar, llevaba en el bolsillo el décimo agraciado con el Gordo de Navidad.

Al natural desequilibrio del equipo se añadirá tensión y mal rollo si llega el ansiado mediocentro. Lo digo porque en el caos actual, Guti es de lo poco que podríamos salvar. Ya, ya sé que esa no es su posición. Pero ha cumplido. Ha robado balones. Ha distribuido juego. ¿Fichando un mediocentro habrá determinados jugadores que se animarán a tirar desmarques para no dejar en evidencia al nuevo? ¿Cambiará la actitud colectiva del equipo a la hora de presionar y arrimar el hombro? Si todo eso no ocurre, sobra fichar un jugador con precipitación porque el juego del equipo no mejorará. Además, ¿sabemos si Luxemburgo quiere jugar con dos mediocentros? Si el que acaba de llegar obra con sensatez, debería frenar las ganas de fichar por fichar para justificar el nuevo organigrama. Que trabaje para recuperar a Zidane, a Ronaldo, a Beckham...Los tiros van por ahí.