"Se presta a confusión"
Quizás la sabiduría les persigue, pero ellos son más rápidos. Algo así le debió ocurrir al colegiado Teixeira Vitienes momentos antes del Sevilla-Betis. Su decisión de obligar a cambiar de indumentaria a los verdiblancos fue un fogonazo colosal. Impagable. Un flipe daliniano. Borró la historia en cuatro segundos. "Se presta a confusión", sentenció. Al carajo más de un centenar de enfrentamientos entre ambos rivales, cada uno con su equipación original. La profundidad pasa a ser el único objetivo del que cava. Los poceros de la mente tienen una intrigante mina donde operar. Aunque quizá sea una nueva modalidad para enfriar un derby. Catalepsia colectiva de los asistentes por descarga traicionera. No bromeo. El responsable del colectivo arbitral, V. Sánchez Arminio ("quieto, parao"), y el octogenario asesor V. Acevedo Román ("yo sigo") pueden disponer todavía de muchos ases sorpresivos escondidos en la manga. A la duración por la parálisis de la incredulidad.
Conozco a una profesora de primaria, gran aficionada al fútbol y culé, que desde que los árbitros pueden elegir entre una variada gama de colores se fija, y mucho, en el que escogen en cada encuentro. Manía o fijación, cada comentario suyo no tiene desperdicio. Todavía recuerdo el referido al reciente Albacete-Barça. Los primeros de blanco y los de Rijkaard de azul. Pérez Burrull escogió el celeste claro. Ni amarillo ni violeta; tampoco el verde. A la gloria vía confusión. Teixeira debía estar de boda o bautizo. Y Sánchez Arminio brindando.
Puentes Leira no se zafa de la sabiduría por rapidez. Y mucho menos por reflejos. Simplemente no nota su aliento en el cogote. El último Barça-Valencia es únicamente una raya más al tigre. Tampoco siente que se está convirtiendo en el Buttiglione del arbitraje. El político italiano por lo que dijo y el trencilla por lo que hace: en dirección contraria y sin frenos. Fornicar para defender la castidad. Otro italiano, Franco Carraro -presidente de la Federación de su país-, propuso la pasada semana la utilización del vídeo para enmendar los errores arbitrales durante el partido. La FIFA se muestra reacia y la UEFA también. Opiniones y reacciones encontradas. Incluso del clero: el cardenal Fiorenzo Angelini se preguntó quién controla al controlador y quién decide el visionado de una jugada polémica. Con Puentes Leira, bocata y colchón. Que siga la fiesta. Y la disparidad en el colorido.