Boza y Real, dos grandes colosos

Boza y Real, dos grandes colosos

Bozidar Maljkovic no engaña . "Cuando entró en un club pido la llave", advierte. Es decir, toma el control, ocupa el puesto de mando al que llega con todas sus consecuencias. Cuando fichó por el Barcelona la llave estaba en el bolsillo de Aíto García Reneses. Y éste no la cedió. Por eso, el Barça es el único equipo en el que Maljkovic no ha tenido continuidad. Y por eso el actual entrenador del Joventut de Badalona es, en palabras del propio Boza, la única persona del baloncesto con la que no se habla.

Hay también otra persona que, aunque por motivos distintos, no le obedece: su hija Marina. Pero ahí no hay conflicto, sino adoración mutua. Maljkovic le pidió a su hija que nunca siguiese sus pasos y no fuese entrenadora, "para evitarle disgustos". Ella, tozuda y categórica, le contestó: "Lo mismo te pidió a ti el abuelo y no le hiciste caso". Marina, entrenadora revelación del año en el baloncesto femenino yugoslavo, dirige con mano firme al equipo del USCE, acreditada entidad de Belgrado en la barriada donde se unen los ríos Danubio y Sava.

En aquel importante centro neurálgico de la geografía y de la historia empezó también su esplendorosa carrera como entrenador Boza Maljkovic, que 30 años después ha ganado fama y galardones en casi todos los países en los que ha trabajado: "Si me lanzo en paracaídas sobre cualquier sitio, caeré cerca de algún amigo". Presume el técnico serbio. Cierto. Seguro, además, que allí donde caíga se hará entender porque habla todos los idiomas, muertos o vivos. Boza es un grande, un gurú del baloncesto moderno. Por eso está convencido de que el Real Madrid es su sitio.