Sólo encuentro motivos para ser optimista. La Juventus de Capello es un equipo que en ataque es más inofensivo que un tiburón encima de una duna. Juegan al 1-0, reculan muchos metros y eso al Madrid de los galácticos le va de cine. Además, hay muchas revanchas pendientes y eso ayudará a acabar con la fama sobrevalorada de la tropa bianconera. ¿Saben cuantas Copas de Europa ha ganado la Juve? ¡Siete menos que el Madrid! (9-2). No hay color. Ya sé que alguno me recordará la eliminación en Turín de hace dos temporadas, pero no olviden que el doble pivote de aquella noche infausta lo formaban Flavio y Cambiasso, mientras que el 12 de marzo jugarán en Delle Alpi Guti y Beckham. Igualito. En el banquillo de aquel doloroso 3-1 estaban tres delanteros centros (Morientes, Portillo y Ronaldo) y Guti hizo de nueve improvisado. Misión imposible.

También servirá la doble confrontación para dejar claro que Casillas es mil veces mejor que Buffon (con ese apellido no podría jugar nunca en el Madrid). Iker está en todas las listas entre los mejores porteros del año. El Nene no tiene que envidiar nada a Gianluigi, al que no imagino fichando por el Madrid y menos con esos amanerados jerseys fucsia que tanto le gustan. A la Juve ya le eliminó la Quinta del Buitre en 1986, tras una gloriosa tanda de penaltis en el extinto Comunale (¡Buyo, Buyo!). Y qué les voy a contar de la final de la Séptima. Amsterdam forever. Insisto en que iremos a Estambul. Conclusión. Capello se habrá quedado hoy sin ganas de comer el jamón del Txistu y me consta que en la fría Turín ha sentado tan mal el emparejamiento con Il Real como tomarse de postre una fuente de callos con garbanzos. Mala digestión te espera, Vecchia Signora.