Ayer, en este mismo espacio, el segundo párrafo no correspondía al artículo del día. Era el mismo que había sido publicado el pasado lunes día 8. Cada página se compone de distintos elementos que se escriben por separado; luego un redactor se encarga de unir las distintas piezas en la maqueta que se transmite. En este caso se le olvidó copiar el segundo párrafo del artículo. En él hablaba del rendimiento que habían tenido los jugadores del Madrid en el partido ante el Unicaja. Viene hoy también al caso porque Maljkovic, ayer, se mostró orgulloso de su equipo, pero reconoció que aún no es el ideal, que no está ni mucho menos sobrado a pesar de sus nueve partidos y nueve victorias en la Liga.

Y efectivamente es así. Gracias al hábil manejo de las rotaciones consigue combinaciones que acaban dando resultado, pero no tiene una plantilla completa. Ni mucho menos. Ante el Unicaja sólo cinco jugadores ofrecieron una actuación positiva: Fotsis (con él en la cancha el Madrid anotó 66 puntos y encajó 48), Bullock (67-55), Bueno (34-25), Gelabale (39-31) y Sonko (56-50). Con los otros cinco el Madrid se atascó y fue vulnerable en defensa: Burke (25-25), Herreros (57-58), Stojic (18-19), Hervelle (12-17) y Reyes (20-27). Pero precisamente el acierto en cómo y cuándo combinar los jugadores menos virtuosos con los más resolutivos es su éxito. Si todos fueran buenos, lo que está haciendo Maljkovic no tendría mérito.