Lustrosa madurez y algo más

Florentino Pérez considera que hubiera ganado igualmente en las elecciones de 2000, pero lo cierto es que para la historia quedará que Luis Figo hizo mucho en esa llegada a la presidencia. Durante años, daba la impresión de que existía un compromiso entre ambos que iba más allá de los cinco años de contrato firmados. Pero no es así. Cuando Figo quiso saber algo sobre su renovación el pasado verano, Florentino se hizo el sueco. ¿Qué significa eso? Pues que a dos años vista consideraba que no era prudente renovar el compromiso. ¿Y en el caso de Zidane o Ronaldo? Muy distintos. El centrocampista francés renovaba para cerrar su carrera y el brasileño aún no había llegado a la treintena. En el caso de Figo esa premura no se entendió bien, y menos cuando desde hace mucho se conocen sus intenciones de terminar su carrera en el fútbol inglés.

Ahora, cuando acaba de cumplir años, se plantea otra situación. Si se pone encima de la mesa de nuevo su renovación, habrá que valorar fríamente su rendimiento en los últimos meses. Y por ahí no hay dudas. Figo está al nivel de los primeros seis meses con la camiseta blanca, meses que sirvieron para que la era Florentino se inaugurara con un título de Liga. Atendiendo únicamente a esos números, Figo debería continuar más allá de 2006. Pero influyen otros factores. El primero es saber si el jugador quiere un nuevo contrato que implique la retirada en el Madrid. El segundo es conocer si el club acomete, empezando por él, un rejuvenecimiento de la plantilla. En ese caso, las dudas aconsejarían llegar a un acuerdo a final de la presente temporada para que Figo quedara liberado del último año de contrato y pudiera negociar uno nuevo fuera de España.