Se marcha el mejor de la historia

Hoy disputa Carlos Sainz su última carrera de un Mundial en España. La primera vez que le vi al volante de un coche fue hace veintitrés años en el circuito del Jarama. Me llamó más la atención la circunstancia de que había sido campeón de España de squash en 1979 que su pilotaje (qué gran error). A partir de aquel día ya nunca más dejé de oír hablar de él. Primero pensé que era el nuevo Antonio Zanini pero cuando debutó en 1987 en el Campeonato del Mundo de rallys en Portugal con un pedazo de hierro con tracción a las dos ruedas y se puso líder de la prueba (acabó retirándose) comprendí que lo de Zanini se iba a quedar pequeño. Desde entonces ha logrado 95 podios (26 victorias, 36 segundos y 33 terceros) en las 195 carreras que ha disputado, lo que equivale a dos mundiales, cuatro subcampeonatos y cinco terceros.

Esto le convierte, sin discusión alguna, en el mejor piloto de coches español de todos los tiempos (Alonso va a tener que trabajar mucho) y disputa con Makinen, Gronholm, Kankkunen y Rohrl el de mejor piloto de la historia a nivel mundial (Loeb se incorporará también a este grupo). Hay quién le incluye también en el Hall of Fame de los cenizos por aquello de ¡Trata de arrancarlo, Carlos, por Dios! entre otras correrías, pero recuerden que aquel día perdió un Mundial por una biela y no por su temeridad (sólo ha tenido once abandonos por accidente). Sin embargo el drama de la retirada de este español que un día humilló a los nórdicos (reyes de la especialidad con 16 mundiales de 26) al ganar el Rally Mil Lagos sin ser vikingo es que no tiene sucesor. Nos quedamos huérfanos y nadie parece lamentarlo. Por cierto, se busca piloto español de rallys aspirante a campeón del mundo.