Yo digo Vicente Carreño

Maludrottu confía en sus armas

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Karim cuenta los minutos para la batalla de Vistalegre. Simone Maludrottu está desde el martes en Madrid y calla y observa. No se inmuta por el ambiente que va a encontrar a su alrededor, ya le han contado que Vistalegre será una caldera. No le importa. Se ha metido conscientemente en la boca del lobo. Él tiene sus armas y las utilizará cuando suene la campana. Maludrottu lleva diecisiete victorias y una sola derrota, que sufrió hace tres años, en 2001. Después se ha proclamado campeón de Italia y de Europa. Es un boxeador técnicamente bueno, que no se arruga. Frente a Patrac, cuando ganó el europeo, el italiano supo aguantar las acometidas del francés sin perder la cara. Tratará de hacer lo mismo mañana frente a Quibir. Yo creo que no lo conseguirá, porque Karim es un pegador tremendo, que planteará la pelea en la corta distancia, que es un terreno que domina y en el que Maludrottu tiene todas las de perder.

Karim y el italiano sólo han tenido hasta ahora un rival común: el francés Turkey Kaya. Simone le venció por puntos en 2003, mientras que Quibir le tumbó en el quinto asalto, precisamente en el último combate que ha disputado. Ahí está la gran diferencia entre los dos peleadores: la pegada. El italiano también es un boxeador más cerebral, y en cambio el aspirante español tiene casta, y ataca con todo. Como un kamikaze. Eso le hace correr a veces riesgos excesivos, pero también le ha llevado hasta la noche estelar de mañana en Vistalegre. Yo creo que Karim no debe cambiar ahora, en su combate decisivo, cuando se lo juega todo. Su pegada, su fortaleza y su corazón de guerrero deben bastarle para conquistar el título.

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