Ruggeri y el gafe del central
El mal fario con los centrales del Madrid empezó tras el Mundial de Italia. 1990. Spasic deslumbró en aquella Yugoslavia que eliminó de la escena a la España de Luis Suárez en Verona. El Madrid lo fichó convencido de que era un hallazgo. Pero un autogol en el Camp Nou forzó su salida a los 10 meses de llegar. En realidad, el pobre Predrag había emulado a Ruggeri. El Cabezón se salía en el Logroñés, era un muro atrás (va sin segundas) y Mendoza vio en él al guardián de la Quinta del Buitre. Otro que no sopló la vela de su primer cumpleaños de blanco. Ruggeri fue más recordado por un bolsazo que dio en sus partes a Cuéllar, un veterano periodista de ABC, que por sus cruces en el área.
Viene esto a cuento porque Samuel regresa mañana ante el Valencia a la alineación titular del Madrid, en detrimento de Pavón. El canterano cumplió ante el Betis y brilló ante el Dinamo. Un gol encajado en dos partidos. Pero debe asumir su rol. Por eso hay que pedirle a Walter que se convierta de verdad en un cacique del área, que no sea tan aparatoso en las faltas y que demuestre que la suya fue una apuesta a la altura de su precio galáctico: 25 millones. Samuel debe espabilar ya. Owen ha entendido el mensaje. Samuel tiene que dejar de ser el muro de las lamentaciones...