Jornada a jornada se diluyen las sobredimensionadas esperanzas que habíamos puesto en el equipo en el arranque de la temporada. Domingo a domingo comprobamos que, salvando la solidez de una de las mejores defensas del campeonato, carecemos de creación en el centro del campo y de remate en los metros finales. Cuando Ibagaza no está inspirado o en buen estado físico, las más de las veces, Fernando Torres es un muñeco roto, que bastante hace con controlar los infames pelotazos que recibe para intentar encarar el área contraria. Con todo, el principal problema que le veo al equipo (ante el Racing fue desesperadamente evidente) es el vacío absoluto que existe en el juego por las bandas. Es por ahí por donde se crea el peligro y sólo con centros desde esas zonas se propician remates como el que nos dio el triunfo el pasado domingo.

Musampa, Nano, Álvaro Novo y Jorge no están a la altura de nuestras exigencias y necesidades. Ante tales carencias, jugamos con nuestras posibilidades diezmadas en exceso. Es urgente encontrar en el mercado jugadores solventes para esas posiciones. El Atlético debe moverse bien en el mercado de invierno, para intentar solucionar este vacío. Si hemos sido capaces de fichar bien en la defensa (Leo Franco, Perea, Pablo o Antonio López), habrá que hacer lo propio en estas demarcaciones claves. Con interiores incisivos y rápidos, que corran la banda y centren bien, se multiplicarán las posibilidades goleadoras de Torres y Salva. El juego, además, ganará en verticalidad y será infinitamente más atractivo para el aficionado. El insufrible y mediocre partido ante el Racing nos obliga a poner solución y cuanto antes al principal de nuestros males.