Un tercero de primera

Este podio de Rubén Xaus en el GP de Qatar no tiene nada que envidiar a la victoria de Jack Middelburg en Silverstone en 1981, la última de un piloto privado en la máxima categoría del mundial (superó a Kenny Roberts y Randy Mamola). De aquello hace ya veinticuatro años y les puedo asegurar que en el carenado del holandés se podían ver bastantes más adhesivos que en la Ducati del catalán. Los grandes patrocinadores españoles han preferido apostar por japoneses, brasileños, estadounidenses, italianos o argentinos (¿qué hace Correos con Tamada y Biaggi?) antes que por Xaus (algo parecido le pasa a Barberá). Pero esa miopía de nuestras multinacionales ha hecho más grande el tercer puesto que consiguió ayer el colaborador de AS.

Sin apenas dinero, sobre un hierro que según parece es una Ducati, repleta de piezas de segunda y tercera mano, con el único apoyo del jefe de su equipo, Luis dAntin, y su manager y amigo, Juan Pérez del Pulgar, Rubén Xaus ha enseñado ayer a más de un piloto que ya sólo corre en MotoGP para hacer caja, que ya es hora de empezar a pensar en pasarse a las carreras de clásicas, más acordes quizá con ese talante conformista, casi de aficionado. Yo si hubiera estado ayer en el pellejo de Loris Capirossi o Troy Bayliss hubiera pedido la baja voluntaria y sin indemnización, después de ver lo que es capaz de hacer un joven talento con ganas y voluntad, pese a que su mecánica no se encuentre a la altura de las circunstancias.