Las aguas vuelven a su cauce

Las aguas vuelven a su cauce

Tras las alborotadoras ínfulas que nos dieron las primeras jornadas ligueras, los ánimos han vuelto a serenarse. Estamos en puestos de UEFA, que son donde el sentido común y la lógica nos obliga a estar. Volvemos a ganar sin convencer del todo a equipos de menor entidad, pidiendo la hora y con disparos al larguero por parte del rival en el tiempo de descuento. Además los Pérez Lasa de turno vuelven a reservarnos sus inmensas dosis de talento. Es decir, todo vuelve a ser como siempre ha sido. Y uno, que quiere que les diga, pues que hasta se alegra de ello. Seria anómalo militar en esta adscripción al cuasi eterno desencanto sin el perpetuo error arbitral o sin el enésimo tiempo de descuento al borde de un ataque de nervios.

Será el destino, no lo sé exactamente, pero hay esencias que, si cambian, se desvirtúan. Ya me encantaría que fuéramos arrollando como otros, pero esa es una irrealidad muy alejada del presente que vivimos. Insisto, hay razones más que suficientes para estar satisfechos de este equipo que no esta haciendo otra cosa que sentar las bases para poder plantearse ambiciones de calibre mucho más grueso. Que no nos pierda la ansiedad. Hay que seguir postulándose para entrar en el club de los grandes con trabajo y humildad. Poco a poco, sin alharacas, sin aires de grandeza. Dejemos que las cosas lleguen cuando tienen que llegar