Yo digo J. J. Santos

Sacaron lo que les pedía Camacho

J.J.Santos
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Nos preguntábamos si el Madrid había tocado fondo en Bilbao. No. Hubo que esperar otra media hora, la primera de ayer contra la Roma, para que llegaran al final del pozo. En ese momento, con el partido medio perdido y casi fuera de la Champions, el abatimiento era total y las caras delataban dramatismo. Un golpe de fortuna de Raúl obró el milagro al borde del descanso, con un gol de fortuna. Pero la verdadera transformación no hubo manera de verla. Esa debió producirse en el túnel del vestuario, justo antes de saltar al campo para la reanudación. Camacho resumía su falta de sintonía con la plantilla, explicando que cuando miraba la cara de sus jugadores, en los instantes previos a un partido, no veía espíritu ganador, ni ambición, ni hambre de triunfos.

Estoy seguro de que la foto ayer, en el descanso, era bien distinta a la de otros días. Los jugadores veían que se les acababan las excusas y lo que les venía encima. Puede que muchos sigan pendientes de otros asuntos extra futbolísticos, puede que lo de aumentar el palmarés particular tampoco sea un objetivo prioritario, pero estaba en juego el orgullo del futbolista, el instinto básico que uno percibe cuando se juega simplemente la honrilla en los partidos de niñez en el patio del colegio. Y eso, para jugadores que además están acostumbrados a ganar, es mucho. Suficiente para reaccionar como lo hicieron. Posiblemente, si la lección de casta y ambición demostrada en la segunda parte ante la Roma se hubiera producido en Alemania, Camacho aún seguiría en el banquillo madridista. Pedía muchas cosas el ex técnico, pero por encima de todas una: espíritu ganador.

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