Son tres imágenes delatadoras
Tres imágenes, tres conceptos del fútbol, tres evidencias. Para entender lo que sucedió anoche en San Mamés basta detenerse en tres fotografías que delatan el delicado estado del equipo al que le ha abandonado el buen fútbol, como si fuese el desodorante que viajó a otra parte con la dimisión de Camacho. En la Foto A, constato cómo los García (Remón y Hernández) están atribulados y dolidos. Con esa imagen decadente de un Madrid que juega sin alma, como si sufriese un proceso amnésico. Ni ataca, ni busca las bandas, ni presiona, ni hace relevos en velocidad. Más claro, es el primer equipo de fútbol de la era moderna que no juega al fútbol. Dramático. Foto B. Morientes y Roberto Carlos sonríen en el banquillo mientras los leones se comen a los gatitos. ¡Qué diver, colega!. En Herencia, un lugar de La Mancha donde Madrid y Athletic han arrebatado históricamente el corazón de los lugareños, un anciano sabio se hizo esta pregunta-denuncia: ¿De qué demonios se ríen?.
Y Foto C. Butragueño y Zubizarreta en el palco disertan sobre cualquier tiempo pasado, que en el caso del Imperio seguro que fue mejor. Al Buitre se le respetaba en San Mamés y Zubi siempre tenía trabajo a destajo cuando el Madrid llegaba a este estadio mítico. Pero, ironías de la vida, anoche Aranzubía ni siquiera tuvo que calentar sus guantes por un córner de su rival. Esa sí que es la prueba del delito. Si no se tira ni un saque de esquina en 90 minutos es imposible ganar un partido. Es como querer hacer un buen pan sin harina. Me duele el alma, que diría Unamuno, viendo a este Madrid sin rostro. Sólo Casillas y Raúl se salvaron en este Madrid de las Galaxias que es como Darth Vader. Una aparición fantasmal.