Hay que poner freno a la euforia

Hay que poner freno a la euforia

La derrota ante el Levante la doy por válida si ha servido para acotar la perniciosa euforia que estaba empezando a percibir. Tras el empate ante el Barça, un grande de verdad, y viendo la titubeante marcha de Madrid y Deportivo, muchos atléticos comenzaron a proclamar, sin ningún disimulo que veían al equipo en la Champions la próxima temporada. Ha bastado una jornada de Liga para comprobar que el Real, con su crisis a cuesta, es un equipo que no falla en los momentos decisivos, que del Deportivo yo no me fiaría nunca y que a nosotros es capaz de ganarnos un recién ascendido.

Seamos realistas. Donde el equipo ha experimentado un cambio espectacular es bajo los palos y en la línea defensiva. El medio campo se muestra aún irregular, lo que desactiva en ocasiones a un ataque que, cuando Torres no está al cien por cien, lo nota en exceso. Se han sentado las bases para construir un gran equipo, pero sólo eso. No podemos aspirar a nada si perdemos en campos como el del Levante, Getafe, Numancia o Racing. Esos encuentros te reivindican como poderoso y te aúpan arriba. Así que abandonemos los aires de grandeza y dispongámonos a fajarnos con rivales de nuestro nivel; especialmente con los que están por debajo de nuestra calidad. Soltar los lastres del pasado no va a ser cosa de un día para otro.