La ambición de César Ferrando
Noticias relacionadas
La ambición y la autocrítica de la que hace gala César Ferrando nos predispone a lo mejor. No contento con el mejor arranque liguero en muchos años, no satisfecho con que el equipo lidere la tabla, la misma noche de la victoria ante el Albacete le escuché en El Larguero difundir su malestar y su disgusto por la pésima primera parte que había jugado el equipo. Pocas veces se puede oír a un entrenador incidir en lo negativo cuando todo, a priori, va sobre ruedas. Ferrando, para nuestra tranquilidad y regocijo, demuestra tener la cabeza muy fría y las ideas inusualmente claras.
Su personalidad perfeccionista le hace ser extremadamente cauto en la boyante e inesperada situación que atravesamos. La prudencia de la que hace gala es toda una invitación a la mesura. La insatisfacción acumulada desde hace tanto tiempo puede propiciar un contraproducente exceso de euforia que no nos conduciría sino a hacer más dolorosa la decepción que ojalá no termine por llegar. Esta tarde, ante el Barcelona podemos apuntalar las incipientes ilusiones, pero tampoco conviene sobredimensionar las expectativas que estamos creando en torno a nosotros mismos. Tomemos nota de la racionalidad de Ferrando y fijémonos en lo mucho que aún podemos mejorar. Esto no ha hecho más que empezar.



