No es hora de hacer sangre
Noticias relacionadas
Un día me contaron una anécdota reveladora de Camacho cuando era técnico del Espanyol. Habían perdido un partido importante de Liga y cuando acabó el mismo, viendo las caras largas de sus jugadores les dijo: Pero qué pasa, que nosotros no somos el Madrid, ¿Que vamos a ganar siempre?. No ocurre nada, olvidaros del partido y divertiros. Justo unas semanas después, tras lograr una gran victoria, dijo: Qué, os veo un poco crecidos, que no me entere yo que hay juerga esta noche. Pues me da que aunque ha pasado una década, quiere trasladar ese tipo de mensajes a un vestuario bien distinto, plagado de estrellas, muchas con el colmillo retorcido y todos con más mili que un cabo chusquero. Tengo mis dudas de si ese lenguaje directo, sencillote y sincero acabará calando, pero él lo va a intentar, pese a las chinitas que haya en el camino.
Por mucho que capitán y entrenador lanzaran ayer un mensaje de sosiego y unidad, no podemos olvidar determinados gestos y declaraciones en Leverkusen. Y esos apuntaban a que existe cierto recelo entre los veteranos sobre la forma de manejarse de Camacho. No gusta tanta sinceridad, incomoda ver reflejado en los papeles lo mucho que le está costando al equipo amoldarse a una nueva forma de trabajo. Al fin y al cabo llevan muchos años beneficiándose de cierta benevolencia de los técnicos a la hora de ocultar vicios reconocidos desde la tribuna. No es lo mismo que lo diga la prensa, que ya se sabe que siempre está buscando tocar las narices, que lo diga el jefe, el que manda. Eso, fastidia mucho más. Si llegan los resultados, la tregua puede ser indefinida. De lo contrario, habrá nuevas revelaciones en los próximos días. Al tiempo.




