Culminación de un gran ciclo

Ranieri, Cúper, Benítez y otra vez Ranieri. Se cierra el círculo y se logra un título europeo que se resistía. Media docena de años rozando a veces y consiguiendo otras la gloria. Un estilo de juego respetado por todos, pese a los cambios de entrenador, y una afición que está siempre por encima de rencillas, presupuestos, deudas y paquetes accionariales. En la mágica noche de Mónaco, recordaba las lágrimas de Cañizares, cuando se escapó la Champions de Milán, pero también me acordaba de Benítez porque suya es esta Copa, y de Cúper, que perdió dos finales. Todos ellos han ido engrandeciendo la figura de un equipo que hace tiempo creyó en sus posibilidades.

Y eso que la final no llegaba en buen momento para el Valencia. Tras el palo de perder la otra Supercopa con el Zaragoza, ha comenzado el debate sobre los nuevos fichajes, sobre la casi segura salida de otros jugadores y sobre la forma de ver el fútbol de Ranieri. Como si fuera un capricho del destino, ayer se unieron pasado y futuro en forma de goles. Baraja y Di Vaio. Español e italiano. Veterano y novato. Ese debe ser el camino. Este equipo, con dos Ligas ganadas y dos Champions perdidas, se sobrepuso a todo. Y lo hizo porque la base del equipo está consolidada desde hace tiempo. Hoy esta ciudad vuelve a la calma y el lujo. Amunt Valencia.