La hora de Samuel y Camacho

El Bernabéu abre sus puertas esta noche tras la pesadilla del año queiroziano. Partido de Champions, de palabras mayores, de compromiso. El Madrid es una máquina de ilusiones que no debe detenerse a pesar de que su afición haya vivido un verano plagado de contradicciones. No hay galáctico (Owen es muy bueno, pero todos dijimos en 2001 que ese Balón de Oro lo merecía Raúl), se ha fichado por primera vez a un jugador en formación y desconocido para el gran público (Woodgate) y se ha recuperado a la antes denostada clase media: Morientes y Celades. Además, el Barça se llevó a Etoo, que era el mejor candidato para ser el galáctico de 2005. Pero esa es la parte del cuento en la que sólo aparece el lobo. Cuando irrumpe Caperucita encuentro numerosas escenas para que el personal siga creyendo en este proyecto y en este equipo legendario y único.

Para empezar, hoy debuta Samuel en el Bernabéu. Grandioso fichaje, de los de verdad, de los que dejan huella. Llega la hora de reconocerle a Valdano su magnífico ojo clínico. Él nos lo trajo antes de firmar su finiquito y de la sobriedad y contundencia defensiva de este gaucho se beneficiará el Madrid durante los próximos cuatro años. Ante el Wisla también se estrena un técnico de altura. Camacho se sienta en el banquillo diseñado para sus gritos y hazañas. Hay entrenador para rato. Casta y conocimiento. Y vuelve Morientes, fiable. Pero, no lo olvidemos, retornan Ronaldo, Beckham, Figo, Zidane, Roberto, Raúl, Casillas, Helguera, Salgado... Equipo de lujo. ¿Alguien lo duda?