Difícil lucha contra el pasado

La afición del Valencia es exigente porque entiende de fútbol. Por eso recibieron con los brazos abiertos a Aimar en su día. Por eso llevan mosqueados varios años. Los títulos y la grandeza del club no se corresponden con los fichajes que llegan. Este año se ha elevado el listón, pero son jugadores que no hacen más abonados ni disparan la euforia. En muchos casos resultan ser simples instrumentos para saldar la deuda que tenía el Lazio. Y mientras, el otro galáctico del equipo, Ayala, dos meses secuestrado por su selección. Se junta todo. Incluso la nostalgia por ver a Benítez en banquillo ajeno. Y eso que Ranieri dio títulos y hasta buen fútbol. Ayer se demostró que el Valencia sigue siendo un equipo fuerte, pero no tanto como en el pasado.

Con menos recursos técnicos, con inferioridad hombre por hombre, el Zaragoza manejó más el balón y demostró más pegada. El año va a ser duro. Cañizares, Ayala, Baraja, Albelda y Aimar tienen la responsabilidad de prolongar la fiesta de un pasado muy reciente. No veo que nadie vaya a fiar su suerte a Corradi, Fiore o Caneira. Buenos futbolistas sin más. Tampoco servirá de mucho la facilidad de Ranieri para hacer chistes. Eso resultó original y hasta agradable en su primera etapa. Ahora sólo vale seguir ganando títulos. Y el primero se perdió de forma sorprendente ayer.