¿Dónde estabas tú en el Tour?

Alejandro Valverde ganó ayer su tercera etapa consecutiva en la Vuelta a Burgos, y es probable que no haya ganado más porque no se han disputado más, y se me ocurre (de refilón) que si esto lo llega a hacer Armstrong ahora habría quien le acusaría de antropofagia, que es comerse a los misioneros y a los exploradores poco hechos. Valverde se ha impuesto en un puerto de primera, en una llegada al sprint y en la ascensión a Las Lagunas de Neila, de primerísima. Es decir, ha reanudado la temporada tal y como la había interrumpido, ganando. Lo hizo en la Vuelta a Murcia, en la Comunidad Valenciana, Clásica de Primavera y Trofeo de Manacor, además de seis etapas en diferentes pruebas, de febrero a mayo. Quizá se pregunten, como yo, por qué diablos uno de los mejores ciclistas del momento (subcampeón mundial), 24 años, no ha corrido el Tour.

En febrero, desde su equipo, se dieron explicaciones tan peregrinas como que el calendario ya estaba programado y que el gran objetivo del muchacho era el oro olímpico. Y eso que Leblanc, patrón del Tour, parecía dispuesto a invitar al Kelme si participaba con su estrella. Pero no, el niño a buen recaudo para que no se queme porque no queman los puertos de España, sólo los de Francia, acumulando triunfos menores que juntos no valen ni una etapa del Tour. Luego se desangró el Kelme por problemas económicos y por las revelaciones de Manzano y nadie supo sacar de allí al prodigio, nadie vio interesante pagar una cláusula de rescisión de millón y medio de euros con la que se puede salvar al ciclismo español, nadie explicó a Valverde ni a su representante (Gorka Arrinda) que la gloria no se aplaza, que no se queman las personas, sino las oportunidades.