Precisiones a César Ferrando

A tenor de lo visto hasta ahora, reconozco que me gusta el estilo del nuevo entrenador. Me ilusiona su filosofía de posesión y bandas, lo que augura orden y buen juego. Me resultó, también, gratificante su demostración de carácter tras la patética exhibición en el debut en casa ante el poderoso Zlin. Sin embargo, creo que se equivoca cuando pide paciencia al aficionado y le exige que vaya de la mano del equipo. Sus palabras vienen a confirmar que conoce más bien poco a la parroquia rojiblanca. Si algo sobra es pedirle paciencia a la hinchada más paciente del mundo. Si algo está de más es pedir el apoyo a unos seguidores, que de forma incondicional, aún en los peores momentos, está siempre con el equipo. Lo único que tiene que pedir Ferrando es que la afición no deje de ser la que es, solamente eso. Tampoco estaría de más que el equipo repartiera mejor el tarro de las esencias y deparara más alegrías en casa. Porque es en el Vicente Calderón, me viene enseguida a la cabeza el encuentro ante Osasuna el día del Centenario, donde hemos sufrido las más humillantes derrotas en los últimos años.

Así que Sr. Ferrando entienda que por encima de los directivos, de los coyunturales jugadores o del temporal cuadro técnico, el bien más preciado de esta institución, es indudablemente su masa social. Muy mal lo tienen que hacer, para que al equipo le despidan con abucheos. Faltaría más que perdiendo ante un equipo de nuestra Segunda División, los aficionados no mostraran su descontento. Por lo tanto, lo dicho y devuelva la alegría y el orgullo a un estadio poblado en sus gradas del aliento inalterable de una hinchada que nunca olvidará.