Patrick aguarda la servilleta
La historia ya la conocen de sobra. Florentino, donde pone el ojo, pone la bala. Callen, callen. Lo de Carvalho o Emerson eran simples balines de fogueo. El presidente es un especialista en jugar al despiste y él mismo propagó tras la cena con Camacho en El Señorío de Alcocer que Vieira era un sueño imposible. Moraleja: de ese ágape quedó claro que el capitán gunner era el objetivo número uno para este verano. El técnico tiene claro que el gigante africano (será francés, pero un tipo nacido en Dakar que luce semejante planta no puede ser visto como un europeo más) es el eslabón que falta para lucir un reloj de muñeca único en el mercado.
Vieira es el guardián del templo, el guardaespaldas perfecto para Beckham y el aliado espiritual idóneo para lograr que Zidane siga deleitándonos con sus fantasías sin que su físico sufra daños colaterales. Florentino es hombre de encuestas. Así supo planificar al detalle su campaña para arrasar en las urnas, así fichó a Camacho y así se traerá a Vieira. El madridismo le ha dicho que, en ese puesto, como el Masai del Arsenal no hay otro. Por eso, el bueno de Patrick sólo espera que Florentino le pase esa servilleta que sirvió de salvoconducto a Zizou hace tres años con una respuesta amorosa: Ouì. Esta semana huele a fichaje de altura. Nada de Larsson, Belletti, Silvinho o nimiedades similares. Por cierto, el Madrid arrasó en Japón y fue más visto que la propia selección. Que el Barça no venda pollinos...