Un poco más cerca de Europa
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El cabreo de César Ferrando tras la última ofensa al aficionado en el Vicente Calderón parece que ha servido de revulsivo. El holgado triunfo conseguido el pasado miércoles ante el OFK de Belgrado se ha conseguido dando una imagen de equipo serio, concentrado y lo que es más importante, ordenado. El colombiano Perea demostró su polivalencia, aunque el centro de la defensa parece que es su sitio natural, el lugar donde puede dar más de sí. Me gustó, también, el derroche de Colsa, capaz de estar en todos los lados, o la eficacia en la banda de Aguilera. Si a esto añadimos que el Caño Ibagaza nos recordó el que ha sido y que Fernando Torres sigue resultando letal, el resultado tenía que ser el que finalmente fue. Con la eliminatoria encarrilada, ahora queda dar la talla en el Calderón, nuestra auténtica asignatura pendiente desde hace varias temporadas. Todo lo que se gana fuera, se pierde inexplicablemente en nuestro campo.
Cuesta entender que siendo superiores, contando con el apoyo de la afición y sin la ansiedad de jugar contra el marcador, se puedan llevar a cabo actuaciones tan descorazonadoras como la última frente a los checos del Zlin. Nunca volveremos a ser grandes si no convertimos nuestro estadio en un auténtico valladar. La final de la Intertoto está al alcance de la mano. Una competición que, además de albergar muchos anhelos en sus fases clasificatorias, esta sirviendo para que comprobemos que tenemos un equipo mucho más armado defensivamente y para entender que las peticiones realizadas por el entrenador para el centro del campo, las bandas y la punta de ataque están más que justificadas.



