Este Pavón derribará la puerta
Borja Valero no nació en Villa Fiorito, como ese barrilete cósmico caído del cielo llamado Maradona. Este niño-milagro vino al mundo en un barrio mucho menos apurado por la miseria y la falta de plata, Chamartín, a escasas manzanas del Bernabéu. ¡Qué envidia, chico! Vamos, que tiene RH madridista en esas venas por las que corre sangre rebelde que reclama una oportunidad a base de hazañas inolvidables como la del sábado. Ya sé que dirán que los periodistas exageramos en cuanto que vemos a un Pavón meter un golazo. Pero analicen con frialdad lo que hizo este talentazo en Nyon. Que en una final de un Europeo (o sea, como si fuese la final de la Champions) un crío de 19 años improvise semejante maniobra (recorte, finta, recorte, vaselina) es que hay jugador. Con mayúsculas.
Florentino celebró la hazaña del chaval viendo desde el Pitina II el España-Turquía. Lo celebró porque sabe que su apuesta por la cantera no es gratuita. Borja Valero va a pasar del juvenil al Madrid de Tercera. Cuidado. Si con Raúl, Casillas o Guti hubiesen tenido tantas cautelas con el DNI a estas horas lo mismo estaban firmando autógrafos en el Yeclano (con respeto). BV embelleció el fútbol y dignificó el prestigio nacional mancillado en Portugal. Camacho quiere gente que derribe la puerta. Maestro, ahí tienes al primero. Atrévete.