Apuntes en el sofoco de Lisboa
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Noche de calor y pruebas. A Camacho se le quiere aquí, ha dejado huella. Pese al cariño que le mostraron en Lisboa, bastante tiene ahora con los suyos. Y eso que la primera prueba no salió mal del todo. Seguro que en el avión hacia Japón empieza a cavilar con los malditos problemas defensivos. En el primer minuto ya le dieron la noche. Nadie vio a Zahovic, como nadie vio a Giovanni en el último minuto. Uno por arriba, otro por abajo, dos goles, parecida historia a la del pasado año. Se demuestra que Samuel no es la pócima mágica. Es una cuestión de equipo y me consta que es en lo que más ha trabajado Camacho. El objetivo es rebajar a la mitad los más de cincuenta goles recibidos la pasada temporada. Con esa cifra no se puede ir a ninguna parte.
Entre las notas positivas, la adaptación de Morientes al puesto de enganche. Ya lo hizo en el Mónaco y ayer repitió con Raúl como pareja. Eso puede funcionar. Lo mismo que Helguera en el centro del campo, siempre que se resuelva el agujero de la defensa. Preocupante el estado de forma de Zidane. Todos están en el comienzo pero al francés se le vio más cansado y menos participativo que en otras pretemporadas. Ronaldo está más fino pero le faltó campo para demostrarlo. La duda ahora es saber si el equipo llegará en condiciones para la Champions. Diría que van a estar justos, aunque el sofoco de Lisboa puede enmascarar un poco el estado de forma real. Lo mejor, que se trabajó cierta presión y que los laterales estuvieron más disciplinados, pero...




