Yo digo J. J. Santos

Sentido común y no mano dura

J.J.Santos
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Camacho no tiene vocación de policía y mucho menos de niñera. Sabe la que se le viene encima. Últimamente la plantilla se sobresalta cada vez que ve la promoción de un programa de información rosa. Son conscientes de que están en el punto de mira. Y Camacho poco puede hacer. El asunto le supera. En sus horas de asueto, todos son libres de hacer lo que les plazca. La prensa deportiva tiene un código que se respeta. Siempre ha sido así. Pero la moda de los programas del corazón no entiende de códigos, entre otras cosas porque no convive con los futbolistas, y tampoco tiene que padecer sus arrebatos de mal humor. Es un asunto de difícil solución. Alfonso Azuara, cuando surge esta cuestión siempre dice: Si no puedes ser casto, sé cauto. Imagino que la charla de Camacho ayer ha ido más o menos por el mismo camino.

Por fortuna, José Antonio ha madurado mucho. El paso por la Selección le hizo entender mejor la relación con los medios. Puedo asegurar que Camacho es un fiel colaborador de la prensa, sabiendo siempre dónde está el límite de cada una de las partes. Del mismo modo, esa madurez le sirve para no ponerse nervioso por la no llegada de los refuerzos que todavía faltan. Ya se sabe que Vieira ha pasado de repudiar al Real Madrid a pedir casi que le rescaten de Londres. Eso servirá para presionar a Oporto y Roma, los propietarios de Carvalho y Emerson. Cuanto más tiempo pase, más prisa le entrará al club vendedor. Como en otros muchos casos, la presión que ejerzan los jugadores será determinante para vencer finalmente las voluntades. Y mientras, el barco desde donde se han de tomar decisiones, va y viene de Mallorca a Ibiza.

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