Puñetazo en la mesa del socio

Vistos los datos de participación y porcentajes de voto, me da que hemos estado mareando la perdiz dos semanas. El socio del Real Madrid lo tenía muy claro. Está bien que por salud democrática las urnas confirmen lo que se palpaba en la calle. Ese sentimiento no reparaba en el voto por correo ni en las descalificaciones, simplemente respaldaba el trabajo de los últimos cuatro años. Queda claro que sesenta últimos días horribles, el caos en la sección de baloncesto y el injusto despido de Vicente del Bosque, pesan mucho menos que cuarenta y seis meses de pelea para recuperar un papel predominante en el fútbol mundial. El socio del Madrid estaba harto de ver durante seis lustros cómo los mejores jugadores del mundo no pisaban el estadio Santiago Bernabéu. Y esa es la madre del cordero. No le den más vueltas.

Estoy convencido de que los que ayer acudieron a las urnas, firmarían volver a ganar dos Ligas y una Champions League en los próximos cuatro años. Todos ellos votarían para que los contratos ya renovados de Ronaldo o Zidane tuvieran validez en los términos pactados. Y todos darían su papeleta en blanco para que se firmaran cuatro años más sin escándalos de cajas fuertes, incertidumbre cuando llega la hora de pagar a los jugadores y solvencia económica ante el voraz apetito de los bancos. El socio madridista igual no estaba convencido con la figura de Valdano al frente de la dirección deportiva, seguro que no aprobaba la fórmula Zidanes y Pavones en sus términos más estrictos, pero refrendaba la gestión analizada en su conjunto. Pese a todo, Florentino debería administrar con prudencia tan apabullante victoria.