Asignatura pendiente
Cuando todos los años aparece en el calendario la cita en el All England Lawn Tennis Club hay que recurrir, casi como una letanía, a recordar al gran Manuel Santana y a su triunfo de 1966 sobre el estadounidense Dennis Ralston. Han pasado 38 años, pero el tenis español, muy pegado a la tierra, ha sentido siempre una terrible aversión por la hierba, tanto que algunos siguen diciendo que el pasto es para las vacas.
Este año vamos con todo a Wimbledon, quiza para intentar olvidar la decepción sufrida en Roland Garros. Juan Carlos Ferrero vuelve a competir una vez olvidada su plaga de lesiones y la frescura debe ser su mejor aliada, y Carlos Moyá retorna después de dos años de ausencia. Pero no hay que olvidar las posibilidades de Feliciano López, obligado ya a dar un salto de calidad. También será muy interesante ver la evolución de Fernando Verdasco.
Federer, que se podría enfrentar a Moyá en cuartos, aparece como principal favorito, con Roddick y su letal servicio como principal outsider, aunque tampoco se puede descartar a la tremenda ambición de Guillermo Coria. Hagan juego.