Me quedo con Torres

Me quedo con Torres

Ni Zidane, ni Saviola, ni Vieri, ni Beckham, ni Effenberg. Los rojiblancos nos quedamos con nuestro Fernando Torres. No tiene que envidiar las virtudes de estas estrellas y promete un futuro lleno de éxitos. Huelo incluso que nos va a permitir alzar la Copa de Europa que nos quitó de mala manera del Bayern, en un golpe de eterna mala suerte. El niño está por el buen camino. Que los demás no se cuelguen medallas. Como Indiana Jones nos va a permitir descubrir senderos de éxitos a los cuales no estábamos acostumbrados.

Lo que tienen que hacer los consagrados es no perderse las citas televisivas de nuestra perla. Sus sombreros al defensa rival aprovechando un control con el pecho son marca de la casa que debe patentar de manera inmediata. Ya nadie duda de la calidad que atesora, pero tiene un espíritu ganador y quiere demostrar que es el gol, el compañero con el que comparte sus mejores emociones. Ya está bien de aguantar la pedantería de los demás. Es la hora de que saquemos pecho, desempolvemos nuestras banderas, aspiremos a viajar a Tokio a por la Intercontinental y nos solacemos cuando veamos cómo damos con la puerta en las narices a las entidades que son tan pobres, tan pobres que tienen el dinero por castigo.

Un cheque al portador al que se le está cuidando con mimo. Luis no quiere que se le suba el pavo a la cabeza y le controla sus apariciones públicas. Tampoco hace falta. Fernando tiene la cabeza bien amueblada y una familia que le lleva por el camino correcto. La historia del fútbol de los próximos años pasa por los triunfos de un rojiblanco.