Un divorcio esperado

Ingredientes típicos de un divorcio de manual. El matrimonio Crivillé-Honda se encuentra desde hace meses en una crisis de difícil resolución y la ruptura estaba cantada. No falta de casi nada de lo clásico en una historia de desamor: la ilusión se esfuma, el interés decae, comienzan las hostilidades, la admiración deja paso a la desidia y aquello de contigo pan y cebolla suena a cuento chino (y nunca mejor dicho).

Hay culpables en esta muerte anunciada? Pues seguramente no. Es, tan sólo y tan importante, el enfriamiento de una larga relación en la que cada parte defiende sus intereses. Honda ha sido infiel a Álex con un jovencito casi imberbe e impertinente, un tal Rossi que ha sido capaz de hacer olvidar a los japoneses todo lo que el español les ha entregado (incluyendo el apoyo incondicional de un multimillonario patrocinador).

Y Crivi tampoco ha dudado en desenterrar el hacha de guerra cuando la ocasión lo precisaba. Honda era la marca de sus amores desde hacía mucho tiempo, pero sus ataques a la incapacidad de HRC no han faltado en los momentos críticos. Los japoneses perdonan pero no olvidan, así que ahora les ha llegado el momento de pasarle a Álex la factura. A rey muerto, rey puesto.