Sainz conquista Barcelona
Espectacular exhibición de la F1 en Paseo de Gracia ante cerca de 30.000 personas. También brilló Jack Doohan con el Alpine.
No se puede contener la emoción que despierta el GP de España entre los muros de Montmeló. Estos coches no pueden estar enjaulados. La F1 derribó las puertas y conquistó por fin Barcelona con una espectacular exhibición por el Paseo de Gracia y en los alrededores de la Plaza Cataluña, en el corazón de la ciudad que desde 1991 acoge esta carrera del Mundial, pero que nunca se había volcado como este miércoles para recibir a los monoplazas más rápidos del planeta. El protagonista fue Carlos Sainz, que pilotó en dos tandas el Ferrari F1-75 de 2022 (con el que logró su primer triunfo en Silverstone) y clavó todos los donuts que pudo en un estrecho trazado, para tan ancho vehículo, y con el asfalto ligeramente mojado por la lluvia fina en Barcelona.
“Un gusto ver a tanta gente, espero veros a todos apoyando el domingo, vamos a ir a ganar esta carrera y a dedicárosla a todos vosotros. Espero poder dedicarles un buen fin de semana, el año pasado nos quedamos cerca porque salimos en primera fila, pero no pudimos rematar la faena, ojalá que este año el Ferrari vaya un poco más rápido y podamos ganar. Después de la victoria de Australia, nada me haría más ilusión que ganar en casa. El de 2022 es un coche híbrido, hemos tenido que acortar las primeras vueltas porque se estaba calentando un poco, ahora vamos a cambiar un par de cosas para divertirnos un poco más. Estar aquí es algo único. Me han dicho que hay gente desde las 11:00 esperando, no hay nada que me haga más ilusión que compartir este momento, pero espero que sea solo un aperitivo de lo que pueda venir este fin de semana. Hay que seguir disfrutando del buen momento que atraviesa la F1, también en España”, dijo el madrileño al bajarse del coche. Después compareció en la Fan Zone que permanecerá toda la semana en Plaza Cataluña, en un verdadero episodio de fenómeno fan. No eran los Beatles. Era Sainz.
Es justo reconocer que, ante las varias decenas de miles de personas que abarrotaron la improvisada pista, robó parte de los focos un espectacular Jack Doohan. El tercer piloto de Alpine se subió a un Lotus de 2012, con su motor V8 auténtico y los colores actuales del equipo francés. Los donuts brotaron como en una panadería, porque ese monoplaza es ruidoso, estrecho y ágil en comparación con las generaciones híbridas, silenciosas y sobredimensionadas. Al australiano, que hace méritos para quedarse con el Alpine de Ocon en 2025, le sobraban las manos al hacer girar en 360 grados un coche que ganó carreras con Raikkonen hace más de una década. Completaban el programa Pepe Martí y Mari Boya con los F2 y F3, respectivamente, y una importante salvedad: eran los monoplazas de Campos Racing con los que competirán este fin de semana en sus categorías, así que debían cuidar la mecánica, en la medida de lo posible, para no comprometer su GP de España.
En la tribuna de invitados, entre otros ilustres, asistía atento Stefano Domenicali. El CEO de la F1 estaba acompañado por los dos principales responsables del equipo que administra el Circuit de Barcelona-Catalunya: Roger Torrent (presidente) y Oriol Sagrera (consejero delegado). El dirigente italiano tomó nota del espectáculo y de la expectación que despierta la F1 en esta ciudad. Madrid recibirá el GP de España a partir de 2026, y el contrato del Circuit finaliza precisamente en esa campaña. El propio Domenicali reconocía este martes en AS: “Es difícil que haya dos carreras en España, pero no lo puedo descartar. Lo valoraremos en el futuro”. Si esta vistosa acción no llega demasiado tarde, posiblemente ayuda. Con el empuje de Barcelona, esta carrera saca los codos para pedir su sitio en el calendario.